EL DEPORTE, COMO ARMA POLITICA Y CLIENTELAR
Opinión sobre el escandalo de las subvenciones a clubs deportivos de #Sanse
Roberto Vaquero Casado
4/23/20252 min read
Las subvenciones municipales que reciben los clubs deportivos en Sanse, que hoy se reparten a ojo de buen cubero, deberían ser fijadas con criterios técnicos y objetivos, es decir, adjudicadas por el funcionariado municipal, mucho más capacitado para hacerlo, (aunque fuese bajo criterios fijados por el pleno municipal), que el concejal del ramo o el gobierno de turno. Evidentemente, esto alejaría la sombra de sospecha sobre la forma en que vienen siendo adjudicadas. Porqué el deporte, ni la afición a practicarlo, deberían ser nunca un arma de utilización política o un nido de clientelismo al servicio de los intereses de cualquier partido político o gobierno de turno. Estás son las consecuencias de haber privatizado la gestión deportiva hace muchos años. Lo que hoy seguirían siendo escuelas deportivas, de gestión y manutención municipal, se convirtieron en clubs deportivos privados, que siguen necesitando la subvención municipal, siendo necesario el favor del gobierno de turno, lo que obliga a dichos clubs a buscarlo. Por supuesto, las consecuencias de la prolongación en el tiempo de este modelo, al igual que las pugnas por el control político de estos clubs, generan unas dinámicas de odio y castigo que afectan claramente a quienes acuden a esos clubs a practicar su deporte favorito y las consiguientes pataletas de quienes gestionan esos clubs, que si han apoyado con demasiado énfasis al gobierno anterior o de otro color político, ven castigado su comportamiento por el gobierno actual. Por ese motivo el control de la gestión del deporte estaría mejor en manos del ayuntamiento, que sentando unas bases y unos criterios técnicos, repartiría siempre las subvenciones de la misma forma, sin castigar ni hacer sufrir a quienes realmente aman el deporte que practican. Y de no ser así, al menos estos clubs deberían tener un control férreo por parte de la corporación municipal, que vigile y haga cumplir los compromisos de estos clubs con nuestra ciudad y con las personas del municipio interesadas en la práctica del deporte, y no en la utilización política y partidista del mismo. De aquellos polvos, llegaron estos lodos. Los gobiernos (que se llamaban progresistas), que entregaron la gestión deportiva de los clubs y la gestión de las infraestructuras deportivas a manos privadas, tienen una deuda con las vecinas y vecinos que han ido viviendo el deterioro de la parcela deportiva en nuestro municipio. Aquellas empresas que mejoraron las infraestructuras deportivas del ayer, son un claro ejemplo de la decadencia (no han parado de pasar de unas manos a otras, no han parado de generar conflictos laborales y otras problemáticas de seguridad laboral, no han parado de subir las cuotas de los abonados, que se han equiparado a las del sector privado, y un largo etcétera) y la avaricia. Nunca es tarde para revertir un modelo que se ha demostrado tan fracasado como polémico. Cuando se castiga a un club o a sus responsables, quienes realmente pierden son las vecinas y vecinos de Sanse que practican ese deporte. Y por supuesto, poco ayuda el hecho de que concejales del municipio estén al frente de clubs deportivos, y mucho menos que el club resulte agraciado por un incremento obsceno de la cuantía de subvención. Aunque sea legal, no es ni ético ni estético.

